viernes, 18 de noviembre de 2011

A veces me pregunto por qué nunca pasó nada. Por la manera en que me mirabas y me hablabas sé que no se trataba de vergüenza. Muchas veces tuviste gestos conmigo delante de muchos que podían reírse de ti precisamente por tenerlos conmigo. 

Hablo de esa tristeza omnipresente al fondo de cada una de nuestras conversaciones. Solías decirme que me merecía todo. No sé si te diste cuenta de lo importante que podrías haber llegado a ser para mi, y lo importante que hasta esta altura vos lo eras.

Necesitaba que me ayudaras cuando me caí. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario